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¿Cuáles son las características de este hábitat?
La vegetación de Bofedal (conocido localmente también como Oconal, turbera, o humedal alto Andino) ocupa zonas con suelos pantanosos que se encuentran cerca de quebradas, bordes de lagunas y otros cuerpos de agua (manantiales, ríos, agua de deshielo) por encima de los 3800 msnm. Es una vegetación herbácea dominada por plantas adaptadas a suelos saturados por agua.

¿Dónde estudiamos a este grupo de plantas de este hábitat?
El estudio se llevó a cabo en 17 bofedales entre los 4,200–4,800 msnm, en un transecto de 141 km de longitud y 61 km de ancho, divido en tres unidades. La primera unidad, localizada en la parte más oriental, es una porción corta de montañas altas ubicada entre los ríos Yucay y Torobamba (ELU 4). El segundo segmento comienza en la margen del río Vinchos y llega hasta el río Yucay (ELU 6). La tercera unidad corresponde a la parte alta de la vertiente occidental, cerca del pueblo de Huaytará, extendiéndose hasta el valle del río Vinchos (comprende los ELUs 8, 9 y 10).

¿Qué preguntas buscamos responder con el estudio?

• ¿Cuáles son las características bióticas y abióticas de los bofedales?

• ¿Cuál es la composición y abundancia de las poblaciones de plantas en los bofedales del área de influencia del ducto?

• ¿Cuáles son los impactos primarios y secundarios en los que el gasoducto puede afectar los bofedales?

¿Qué resultados generales hemos obtenido a la fecha?

• En las evaluaciones realizadas en 2009 y 2010 se registraron 126 especies de plantas vasculares, distribuidas en 75 géneros y 32 familias. Asteraceae fue la familia más diversa, con 22 especies distribuidas en 15 géneros, seguida por las familias Apiaceae (5 géneros/7 especies), Orobanchaceae (2 géneros/6 especies), Caryophyllaceae (4 géneros/5 especies), Gentianaceae (3 géneros /5 especies), Ranunculaceae (1 género/4 especies) y Rosaceae (1 género/4 especies).

• Análisis estadístico multivariado reveló que los bofedales florísticamente se pueden separar en tres grupos: un grupo en la cordillera occidental de los Andes, el segundo grupo en la cordillera central, y un tercer grupo en la parte oriental.

• De acuerdo a nuestros análisis Oreobolus obtusangulus, Gentianella perscuarrosa, Oritrophium limnophilum, Hypochaeris taraxacoides, Carex sp., y Muhlenbergia fastigiata, son indicadoras de bofedales húmedos en la vertiente oriental. Distichia muscoides, es la especie dominante en los bofedales de la zona central. Las especies Phylloscirpus acaulis, Lachemilla diplophylla, Zameioscirpus muticus, Gentiana sedifolia, Werneria pygmaea y Eleocharis sp. son indicadoras de los bofedales de la vertiente occidental.

• Se encontró una mayor riqueza de especies, con bajas coberturas, en bofedales cerca al ducto que en los bofedales lejos del ducto. En el área de influencia se registraron una sola vez, 22 especies con menos del 1% de cobertura en los dos periodos de estudio; mientras que en el área sin impacto solo se registraron 7 especies con menos del 1% de cobertura.

• No detectamos diferencias significativas entre los bofedales considerados con influencia y sin influencia del ducto.

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¿Por qué es importante la conservación de este grupo de plantas de este hábitat?
Los bofedales son ecosistemas clave en un medio con clima variable y severo para los organismos y para la producción agrícola de los habitantes de las grandes alturas de los Andes. Además, constituyen ambientes apropiados para numerosas especies de fauna y flora nativa. Por otro lado, los bofedales tienen gran influencia en el microclima local, atenuando la sequedad en lugares de clima árido o semiárido del invierno.
El uso de los bofedales por los pobladores y comunidades campesinas es muy antiguo. Los bofedales en la época seca se convierten en importantes fuentes alimenticias para el ganado.

Los bofedales son utilizados como alimento para el ganado ovino, vacuno y para los camélidos sudamericanos (llama, alpaca y vicuñas). La ganadería es una de las principales actividades económica en los altos Andes peruanos. La mayoría de bofedales se presentan en altitudes mayores que zonas cultivables. Son uno de los escasos lugares húmedos de los Andes frente a los pajonales, que pueden ser muy áridos. Son un oasis de agua y vegetación verde del cual el ser humano y la fauna andina depende.